El dolor es el síntoma más frecuente que suele localizarse en las articulaciones o alrededor de las mismas. Puede ser pasajero o aparecer sólo con los movimientos como, por ejemplo, en las manos al coser, en las rodillas al andar o en la espalda al agacharse; pero también puede ser fijo y persistente, llegando a impedir realizar los movimientos o conciliar el sueño. El dolor, a veces, se acompaña de sensación de rigidez o entumecimiento de las articulaciones que mejora con el movimiento. Pero el dolor también puede proceder de los músculos, de los tendones o de otras estructuras del aparato locomotor llegando a ser muy molesto. Mediante un cuidadoso interrogatorio y un examen físico son capaces de averiguar la mayoría de las veces el origen del dolor.
Otras veces, las enfermedades reumáticas producen molestias, pinchazos, sensación de pesadez, tirantez o cansancio localizados en una zona del cuerpo (hombro, cuello, región lumbar, piernas, etc.) o con una distribución generalizada o difusa, como si estuviera implicado todo el organismo y que la persona afectada manifiesta con una frase como: “me duele todo” o “me levanto peor que me acuesto”.
Otro síntoma fundamental es la hinchazón o tumefacción de las articulaciones. Es consecuencia del acúmulo de líquido sinovial dentro de la cavidad articular y puede estar ocasionado por multitud de procesos. Las enfermedades del aparato locomotor también pueden producir otros síntomas, como pérdida del apetito, pérdida de peso, pérdida de fuerza, debilidad, cansancio, fiebre o alteraciones en otros órganos o sistemas (piel, ojos, boca, aparato digestivo, pulmón, riñón, etc.).